El acoso laboral: un riesgo invisible que puede llevar al suicidio

El caso de France Telecom, donde directivos fueron condenados por acoso moral institucional tras una ola de suicidios, nos recuerda que el mobbing no es un problema menor ni aislado. Sus consecuencias emocionales son profundas: afecta la autoestima, deteriora la salud mental y, en los casos más extremos, puede poner en riesgo la vida de los colaboradores.

Es fundamental reconocer que las organizaciones no solo producen resultados: deben cuidar a las personas que las hacen posibles. Crear políticas claras contra el acoso, establecer canales de comunicación seguros y brindar apoyo constante son medidas esenciales para proteger el bienestar emocional de los empleados.

Entendemos que un ambiente laboral hostil impacta directamente la percepción que cada persona tiene de sí misma. La autoestima, la seguridad y la capacidad de proyectarse profesionalmente se ven afectadas, generando un círculo negativo que se refleja en la productividad y en la calidad de vida.

El acoso laboral es una violencia psicológica sistemática que deja huellas profundas. Puede derivar en agotamiento extremo, estrés crónico y pérdida de confianza, afectando tanto la salud física como emocional. Detectar estas señales a tiempo, ofrecer acompañamiento, fortalecer la resiliencia y construir entornos laborales respetuosos no es solo una buena práctica: es una responsabilidad ética y humana.

Crear culturas laborales seguras y empáticas puede salvar vidas. La prevención, el apoyo emocional y la valorización de cada colaborador son la base de un trabajo saludable y de personas que se sienten vistas, respetadas y capaces de brillar.